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En su primer consulta traiga todos los estudios que tenga, en orden cronológico. Si es derivada por otro médico traiga, si es posible, una nota con el motivo de la derivación.

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COMENZAR POR LO PRIMERO: ¿QUÉ ES LA PRÓSTATA?
La próstata es un órgano del sistema urogenital del hombre. Es una glándula que rodea a la uretra, y se encuentra por debajo de la vejiga y delante del recto.

¿POR QUÉ UN HOMBRE DEBE VISITAR AL URÓLOGO?
La próstata es el órgano más afectado por enfermedades en hombres, apareciendo comúnmente en aquellos mayores de cincuenta años. A partir de los cuarenta años, la próstata comienza a crecer, pudiendo ser este crecimiento benigno (hiperplasia) o maligno (cáncer).
Por este motivo, se recomienda la visita al urólogo para realizar un chequeo prostático y así contar con un diagnóstico precoz. Si hay antecedentes de cáncer de próstata, se recomienda una visita anual desde los 35 años.
El chequeo permite advertir y prevenir  trastornos al orinar y otros más severos, como el cáncer de próstata.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN LAS ENFERMEDADES DE LA PRÓSTATA?
El chequeo prostático incluye el examen de PSA (sigla de antígeno prostático específico en inglés) que sirve para pronosticar, diagnosticar y dar seguimiento al cáncer de próstata. Por otro lado, mediante el examen rectal se obtiene una evaluación muy precisa de enfermedades prostáticas, ya que le permite al médico detectar si la próstata ha aumentado de tamaño y si presenta zonas sospechosas.

¿CUÁLES SON  LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES DE LOS TRASTORNOS DE PRÓSTATA?
Algunos síntomas de quienes sufren alguna enfermedad de la próstata son dolor al orinar, demasiada frecuencia o incluso incontinencia. También puede sentirse dolor en la espalda baja. También pueden aparecer problemas durante las relaciones sexuales, incluso expulsar sangre con la orina o semen.
En el caso de la Hiperplasia benigna de próstata (HBP) suele ser la causante del Síndrome de obstrucción urinaria baja.
Estos síntomas no necesariamente implican la existencia de cáncer de próstata pero sí son alertas.

¿CUÁLES SON LOS TRATAMIENTOS ACTUALES A LAS AFECCIONES MÁS COMUNES?
Los trastornos que afectan a la próstata suelen ser prostatitis, que consiste en una inflamación temporal, la Hiperplasia benigna de próstata (HBP), donde la próstata se agranda con motivo del envejecimiento, y el cáncer de próstata, cuando hay un crecimiento maligno de la glándula.

El tratamiento en cada caso dependerá de la severidad del trastorno.

-Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP): No requiere tratamiento a menos que los síntomas causen molestias o problemas. Pueden tomarse algunas medidas en el hogar, que en caso de no funcionar se apela a medicamentos. Estos pueden reducir los síntomas, peor rara vez los eliminan.

Si la opción farmacológica no funcionó, seguramente se el recomiende realizar una cirugía para resolver la obstrucción urinaria. Hay distntas alternativas quirúrgicas:

  • Cirugía a cielo abierto: puede involucrar dos abordajes para extirpar la próstata e involucra una incisión que va del ombligo al pubis. Suele tener complicaciones y demandar internación al menos por una semana.
  • Resección Transuretral (RTU): remueve el tejido en pequeños fragmentos por vía laparoscópica mediante un resectoscopio. El paciente debe permanecer con un catéter por tres días, lapso que dura la internación.
  • Resección con plasma bipolar: Es la última innovación para la resección de la uretra buscando la mínima invasividad. Mediante el uso del bistorí bipolar axipolar se realiza un corte muy preciso, con mínimo daño colateral, produciendo la vaporización y necrosis coagulativa del tejido.

– Cáncer de Próstata: Este tipo de cáncer se desarrolla de forma muy lenta, provocando que, en muchas ocasiones, el tratamiento tenga que efectuarse durante un largo plazo de tiempo. El tratamiento de la próstata depende básicamente del estado evolutivo de la enfermedad. Actualmente hay cuatro formas de proceder para reducir y/o extraer el cáncer de próstata:

  • Prostatectomía retropúbica: se extirpa la próstata por una incisión en el abdomen.
  • Prostatectomía perineal: se extirpa la próstata por una incisión entre el escroto y el ano.
  • Resección Transuretral Laparoscópica (RTU) / Con Plasma Bipolar: al igual que en el caso de la HBP, se pueden utlizar estas técnicas mínimamente invasivs para la resección de la próstata.
  • Radioterapia: Este tratamiento se puede combinar con el de la cirugía, ya sea para preparar la zona afectada para la extracción del tejido afectado o para intentar limpiar la zona después de la intervención quirúrgica.
  • Terapia hormonal: tiene como objetivo reducir los niveles de testosterona en el organismo o bien bloquear los efectos de esta hormona sobre la próstata. Esta opción se recomienda especialmente a los pacientes mayores que sufren otro tipo de enfermedades que pueden deteriorar su salud.

¿CÓMO SE FORMAN LOS CÁLCULOS URINARIOS?
Los cálculos urinarios –o litiasis urinaria como se conoce también– son muy comunes, se estima que afectan a un 15% de la población total.
Se forman cuando las sales que habitualmente contiene la orina no son eliminadas como sucede normalmente, sino que se acumulan, forman cristales y estos conforman masas sólidas que se conocen como “cálculos o piedras”.
Su aparición puede deberse a factores hereditarios, alteraciones metabólicas, poca ingesta de líquido, sedentarismo, entre otros.
Con frecuencia, los cálculos pequeños pasan directamente a través del aparato urinario por sí solos y son eliminados por la orina. En otros casos donde su tamaño es mayor, pueden quedar alojados en el riñón o en los uréteres (conductos por donde baja la orina del riñón a la vejiga).
Pueden alojarse tanto en riñones, como en uréteres, vejiga o uretra.

¿CUÁLES SON  LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES?
Los cálculos urinarios pueden no presentar síntomas hasta que comienzan a descender por los uréteres. Si esto sucede, y obstruyen el paso de la orina hacia la vejiga, provocan la inflamación del riñon o los riñones, lo que puede generar un dolor agudo.
Este es el principal síntoma: dolor intenso que comienza repentinamente, habitualmente llamado “cólico renal” y puede desaparecer de manera súbita. El dolor puede ser abdominal o manifestarse en un costado de la espalda; en la zona inguinal o los testículos, en el caso de hombres.
Otros síntomas que pueden presentarse son: fiebre, sangre en orina (hematuria), náuseas y vómitos, color anormal de la orina o incluso sangre en ella. También puede experimentar urgencia miccional, o por el contrario, dificultad para orinar.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA LITIASIS URINARIA?
En su visita al médico, se le realizará un examen físico y adicionalmente se solicitarán ciertos estudios.
Es necesario conocer  la ubicación y tamaño de los cálculos, su composición y la posible existencia de enfermedades que se asocien a su formación.
La ubicación y tamaño se determinan mediante radiografías simples, urografías con contraste y ecografías. La composición de los cálculos expulsados se analiza a través de análisis específicos.

¿CUÁLES SON LAS OPCIONES DE TRATAMIENTO?
El tratamiento del có́lico renal se basa en tomar medidas frente al dolor, mediante analgésicos. En la mitad de los casos, el cálculo se expulsa antes de los 15 días, y en su gran mayoría, antes de los 2 meses. En caso de que la expulsión no ocurra espontáneamente, se pueden aplicar distintos procedimientos:
> Litotripsia extracorpórea por ondas de choque: es una de las opciones más elegidas para tratar la litiasis urinaria. Las ondas atraviesan el organismo difundiéndose célula a célula hasta localizar el cuerpo sólido a ser fragmentado (el cálculo). El paciente posteriormente eliminará los fragmentos del cálculo por la orina, de manera natural. Es por ello que retorna a su casa el mismo día. Tiene la ventaja de ser un procedimiento ambulatorio y que no requiere de anestesia.
> Ureteroscopia: se utiliza para eliminar cálculos ubicados en el uréter medio y distal principalmente, con tasas de éxitos cercanas al 90%. En estas localizaciones es una alternativa a la litotripsia extracorpórea. Es un procedimiento que se realiza bajo sedación, siendo también Ambulatorio. No requiere hospitalización.
> Nefrolitotomía percutánea: se aplica para cálculos renales que por su tamaño o localización no pueden ser tratados mediante litotripsia extracorpórea. Se realiza una pequeña incisión en la zona lumbar a la altura del riñón, por donde se accede al mismo, realizándose una litotricia intracorpòrea del cálculo con la consiguiente extracción del mismo. Es un procedimiento que requiere hospitalización.

¿QUÉ SE CONSIDERA INCONTINENCIA URINARIA EN MUJERES?
Se define a la incontinencia urinaria como la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra. Es un trastorno frecuente y, muy a menudo, no mencionado por desconocimiento o pudor.
Se estima que esta patología, con distintos grados de severidad, afecta aproximadamente al 40% de las mujeres de edad avanzada. No obstante, no es una condición exclusiva del envejecimiento.
Debido a que existe aún un gran desconocimiento y reparos en manifestar este tipo de dolencias, aún cuando son de alta prevalencia social, se conformó el Centro Interdisciplinario de Estudios del Piso Pélvico bajo la esfera del Centro Urológico Profesor Bengió,  con el fin de darle una solución integral a quienes padecen algún tipo de afección uroginecológica. Está integrado por un grupo de destacados profesionales que le asignan un enfoque multidisciplinario mediante el trabajo en equipo de especialistas en Ginecología, Urología, Coloproctolgía, Sexología, Neurología y Fisioterapia.

¿QUÉ FACTORES INFLUYEN EN SU APARICIÓN?
Si bien existen causantes como la debilidad de los tejidos y alteraciones neurológicas que devienen con el envejecimiento, también  se encuentran otros factores predisponentes de importancia, como los embarazos múltiples, la obesidad y la menopausia, con la consecuente pérdida del tono de los músculos del piso pélvico. Esta situación puede llevar a la progresiva salida de los órganos pelvianos de su sitio normal, produciéndose lo que se conoce como prolapso, que dependiendo del órgano involucrado podrá ser vesical (vejiga), uterino y/o rectal. En algunos casos, suele estar acompañado con frecuencia de incontinencia de orina.

¿CUÁLES SON  LOS SÍNTOMAS MÁS COMUNES?
La pérdida de orina puede ir de apenas un leve goteo a la falta de control total de su salida y por lo tanto un caudal abundante.
Los problemas de control de la vejiga ocurren en su mayoría cuando los músculos del piso pélvico están demasiado débiles o demasiado activos.
Si están debilitados, lo que suele ocurrir es que las pérdida se orina ocurran al estornudar, reír o levantar objetos pesados. Esto se conoce como incontinencia por estrés/esfuerzo.
Si los músculos de la vejiga están demasiado activos, provocan que sienta una necesidad frecuente y urgente de orinar, lo que se conoce como incontinencia por urgencia o vejiga hiperactiva.
Existen casos de incontinencia mixta, donde se presentan síntomas de los dos tipos descriptos anteriormente.
Además, también hay otras causas físicas o neurológicas que provocan incontinencia funcional.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
El primer paso que dará el especialista será confirmar si se trata de una pérdida de orina absolutamente involuntaria y objetivamente demostrable. Así elaborará una historia clínica completa, mediante un examen físico exhaustivo.
También se indicará seguramente un análisis de orina y estudios urológicos como una cistoscopia y uretrografía, para descartar la relación de la incontinencia con otras afecciones. La uretrocistografía es además otro estudio de rutina que se solicita en estos casos.
Se pide además a este tipo de pacientes que realice un diario miccional, que consiste en levar un registro de los eventos urinarios en un período de tiempo, además de responder un cuestionario de síntomas y calidad de vida, que permitirá dimensionar cuánto afecta a la mujer esta dolencia.
Resulta determinante para el diagnóstico de la incontinencia el realizar un estudio urodinámico, que consiste en una prueba específica para conocer el comportamiento de la vejiga y los mecanismos de continencia durante el llenado y el vaciado de la orina.

¿CUÁLES SON LAS OPCIONES DE TRATAMIENTO?
El tratamiento depende del tipo de incontinencia que presente, su severidad y la opción que mejor se adapte a su estilo de vida. Puede incluir ejercicios de Kegel, dieta,  medicamentos, dispositivos especiales o cirugía.
Los medicamentos se utilizan principalmente para la incontinencia de urgencia, algunos de ellos pueden disminuir o curar la incontinencia urinaria.  El entrenamiento de la vejiga con ejercicios de Kegel se utiliza para controlar la incontinencia de esfuerzo y también la de urgencia.
El Biofeedback es otra opción que consiste en realizar sesiones donde se aprende a controlar determinados grupos de músculos del piso pélvico, y se comprueba mediante un monitor que muestra si se realiza correctamente y el progreso a través del tratamiento. Contribuye a retener la orina cuando es necesario y fortalecer la contracción de la musculación pélvica.
La Estimulación Eléctrica es otra opción de terapia no dolorosa. Se coloca un sensor en la vagina que envía una frecuencia que colabora en fortalecer los músculos del piso pélvico y en algunos casos relajar la vejiga. La intensidad de la frecuencia del sensor dependerá del tipo de incontinencia que se trate.
Una alternativa utilizada cuando no quiere realizarse cirugía es la de aplicar inyecciones de sustancias como el botox o ácido hialurónico en los tejidos alrededor de la uretra.
En los casos de incontinencia de esfuerzo media a severa, la intervención quirúrgica resuelve el problema de manera definitiva en la mayoría de los casos.
Son cirugías que se realizan en el día y en algunos casos pueden demandar sólo un día de internación, dependiendo si se trata de la colocación de un implante o cabestrillo  que sostenga la uretra, o colposuspensión, que se denomina el procedimiento por el cual se corrige la posición de la uretra aplicando suturas sobre los tejidos, habitualmente el cuello de la vejiga, de la propia paciente.

¿QUÉ DEFINE AL PROLAPSO DE ÓRGANOS PÉLVICOS?
Se trata del descenso de uno o más órganos de la cavidad pélvica hacia el exterior.
El órgano que desciende progresivamente puede ser la vejiga, el útero, la vagina, la uretra o el recto, aunque también puede darse el caso de que desciendan dos o más de ellos. Si no se diagnostica y trata a tiempo, puede salir hasta el exterior en los grados más severos.

Si bien lo padecen millones de mujeres en el mundo, aún existe mucho desconocimiento acerca de esta patología, los tipos de prolapso, prevención,  síntomas, opciones de tratamiento, etc.

Debido a esto, y que aún existen reparos en manifestar este tipo de dolencias, se conformó el Centro Interdisciplinario de Estudios del Piso Pélvico bajo la esfera del Centro Urológico Profesor Bengió,  con el fin de darle una solución integral a quienes padecen este y otros tipos de afección uroginecológica. Está integrado por un grupo de destacados profesionales que le asignan un enfoque multidisciplinario mediante el trabajo en equipo de especialistas en Ginecología, Urología, Coloproctolgía, Sexología, Neurología y Fisioterapia.

¿CUÁLES SON LOS TIPOS Y GRADOS DE PROLAPSO?
Dependiendo de cuál es el órgano que desciende,  el prolapso puede clasificarse en los siguientes tipos:
Cistocele, cuando es la vejiga la asoma en la cara anterior de la pared vaginal.
Rectocele, si el recto (el tramo final del intestino grueso al llegar al ano) desciende sobre la cara posterior vaginal.
Prolapso uterino, cuando es el útero el que desciende, asomando el cuello primero y después el cuerpo uterino.
Enterocele, que consiste en una hernia de las asas intestinales que protruyen a través del fondo posterior de la vagina.
Prolapso de cúpula vaginal,  que se presenta en mujeres a las que se les ha realizado una histerectomía (remoción del útero). En este caso, la parte superior de la vagina pierde su soporte y forma normal, por lo que se hunde o desciende en el canal vaginal o en el exterior de la vagina.

A su vez, de acuerdo a la gravedad del caso, se divide a los prolapsos en distintos grados, determinando de esta manera también cuáles son los tratamientos más adecuados:
> Grado I o leve: descenso ligero en el interior de la vagina.
> Grado II o moderado: el descenso llega a la entrada de la vagina.
> Grado III: el órgano descendido traspasa el orificio vaginal hacia el exterior, la mujer puede notar un bulto al caminar y, sobre todo, al realizar esfuerzos.
> Grado IV o total: el órgano (vejiga, útero o recto) sale completamente al exterior, tanto en esfuerzo como en reposo.

¿QUIÉNES PUEDEN PADECERLO?
No existe una edad determinada en las mujeres para padecer algún tipo de prolapso aunque sí es más común que afecte a mujeres mayores por la progresiva debilidad de los tejidos y alteraciones neurológicas que devienen con el envejecimiento.
Pero también  se encuentran otros factores predisponentes de importancia, como los embarazos múltiples, partos vaginales, la obesidad y la menopausia, con la consecuente pérdida del tono de los músculos del piso pélvico. Esta situación puede llevar a la progresiva salida de los órganos pelvianos de su sitio normal. En algunos casos, suele estar acompañado con frecuencia de incontinencia de orina.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
El principal síntoma es la incontinencia urinaria, aunque no necesariamente quienes la padecen son diagnosticadas luego con prolapso.
Pero los episodios de trastornos urinarios, que afectan incluso durante las relaciones sexuales, pueden ser indicadores que lleven a un diagnóstico de prolapso.
También suelen sentirse otras molestias durante las relaciones sexuales ya que los órganos están desplazados de su lugar normal. En los casos más severos, estas molestias pueden deberse a que aparece y se siente un bulto en los genitales, que será el órgano o porción de la vagina que protruye a través del orificio vaginal.
Esto puede provocar además que se experimenten molestias al caminar o realizar ejercicios físicos.
Otros síntomas que suelen presentarse son pesadez, sensación de presión en la zona pélvica, experimentando alivio al pasar de estar parada a una posición horizontal; estreñimiento, incluso hasta náuseas y molestias al defecar.

¿QUÉ OPCIONES DE TRATAMIENTO HAY DISPONIBLES?
Los grados 1 y 2, son los más leves pero pueden ocasionar molestias. Suelen tratarse con rehabilitación del piso pélvico, que consiste en un tratamiento de  fisioterapia y/o kinesiología, ya sea mediante ejercicios de Kegel, Biofeedback o estimulación eléctrica;  o  cambios de hábitos como correcciones en la dieta para bajar de peso, evitar el estreñimiento o evitar esfuerzos físicos, levantar objetos pesados, etc.
Los grados 3 y 4 habitualmente precisan de cirugía para ser corregidos. En el caso del prolapso uterino, puede recomendarse la remoción del órgano.
En la mayoría de los  otros casos, lo que se realiza es el reposicionamiento de los órganos del piso pélvico, o del que haya descendido, ya sea mediante suturas sobre los propios tejidos o a través la colocación de mallas que compensan el suelo pélvico debilitado, sustituyéndolo por un material sintético que hace de nuevo tejido de sostén, como en el caso de la vejiga o el recto.

¿QUÉ SE CONSIDERAN DISFUNCIONES SEXUALES?
Se definen como disfunciones sexuales a los problemas en la respuesta sexual humana (el deseo, la excitación y el orgasmo) que atentan contra una vida sexual plena, afectando la salud integral y la autoestima del individuo, como también su relación de pareja. Ocurren tanto en hombres como en mujeres.

Suelen ser manifestaciones de trastornos que las originan, dividiéndose habitualmente en trastornos del deseo, la excitación sexual y el orgasmo.

Para que se considere que un hombre padece una disfunción sexual es necesario que presente problemas para sentir el deseo sexual (ganas) o para excitarse (y lograr la erección) o para lograr los orgasmos (eyacular y sentir el orgasmo). Sólo se considerará disfunción cuando se trate de fallas en la respuesta sexual, en estas instancias, que lleven cierto tiempo, al menos 3 meses.

¿CUÁLES SON LAS MÁS COMUNES?
En el caso de los hombres, las consultas habitualmente se concentran en:
> Impotencia, como manifestación de un trastorno de erección.
> Eyaculación precoz y eyaculación retardada, como trastornos de la eyaculación.
> Anorgasmia,  es decir la ausencia de orgasmo.  Suele ser más frecuente en las mujeres pero se estima que un 3% de hombres la padecen.
> Dispareunia, considerada como trastorno de la sensibilidad. Se trata de experimentar dolor durante el coito, tanto en hombres como en mujeres.
> Anafrodisia, definido como trastorno de la libido, al tener un bajo interés o deseo sexual.

¿QUÉ CAUSAS LAS DESENCADENAN?
Existen tanto factores emocionales como físicos que influyen en la aparición de uno o más tipos de disfunción sexual.
Entre los factores emocionales que afectan a la vida sexual, podemos mencionar tanto problemas interpersonales (problemas de pareja, o falta de confianza y comunicación) como psicológicos propios del individuo (si padece depresión, sufre algún tipo de trauma o siente miedos y culpa, entre algunos que podemos mencionar).
Los factores físicos pueden deberse a: consumo de drogas (alcohol, nicotina, narcóticos, estimulantes, antihipertensivos, anithistamínicos, y otros medicamentos psicoterapéuticos). También por lesiones físicas/neurológicas derivadas de accidentes de la médula espinal, enfermedades crónicas, desórdenes endócrinos, deficiencias hormonales o algunas enfermedades congénitas.

¿QUÉ OPCIONES DE TRATAMIENTO HAY DISPONIBLES?
Nuestro Centro cuenta con un equipo especializado en disfunciones sexuales, que aborda el diagnóstico y tratamiento desde una óptica multidisciplinaria. Se trabaja tanto desde la Urología,  para evaluar las disfunciones desde el trastorno físico,  como desde la Psicología para acompañar y tratar el trastorno o impacto emocional.
Luego de una evaluación física y psicológica completa, los profesionales de nuestro equipo definirán la propuesta de tratamiento más adecuada a cada caso.

ENTENDIENDO NUESTRA ANATOMÍA, ¿QUÉ FUNCIÓN CUMPLE EL RIÑÓN?
Los riñones forman parte del sistema urinario y tienen una función vital para el ser humano: mantener limpia la sangre y químicamente equilibrada.

Se localizan cerca de la parte media de la espalda, justo debajo de la caja torácica (las costillas), uno a cada lado de la columna vertebral.

Los riñones eliminan los desechos y agua de la sangre para formar orina. La orina fluye desde los riñones hasta la vejiga a través de los uréteres.

Además de eliminar desechos, los riñones liberan tres importantes hormonas: la eritropoyetina, o EPO, que estimula a la médula ósea para producir glóbulos rojos; la renina, que regula la presión arterial; y calcitriol, la forma activa de la vitamina D, que ayuda a mantener el calcio para los huesos y para el equilibrio químico normal en el cuerpo.

¿CUÁLES SON LAS ALERTAS QUE EVIDENCIAN UN CÁNCER DE RIÑON?
Existen signos que pueden evidenciar la existencia de cáncer en el riñón. En las etapas iniciales, es muy difícil que se manifiesten signos o síntomas y cuando los hay, es porque ya el tumor tiene un tamaño considerable.

Algunas de las señales que aparecen son las siguientes:

  • Sangre en la orina (hematuria).
  • Dolor en un lado de la espalda baja (no causado por una lesión).
  • Una masa o protuberancia en el costado o espalda baja.
  • Cansancio (fatiga).
  • Pérdida de apetito.
  • Pérdida de peso sin hacer dieta.

INFORMACIÓN BÁSICA ACERCA DEL CÁNCER DE VEJIGA.

Este cáncer es uno de los más frecuentes y se origina cuando las células malignas cancerosos se adhieren a los tejidos de la vejiga.

En la mayoría de los casos, la presencia de sangre en orina (hematuria) es el primer signo de cáncer de vejiga.

La sangre en la orina no siempre significa que se tenga cáncer de vejiga. Frecuentemente, la sangre en la orina puede evidenciar otras afecciones, tal como infección, tumores benignos (no cancerosos), cálculos renales o en la vejiga u otras enfermedades renales benignas.

Se sospecha la presencia de cáncer cuando aparece este síntoma de sangrado de manera aislada, en pacientes fumadores, mayores de 50 años.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?

Los principales estudios que se llevan a cabo para su detección son: análisis de sangre, análisis de orina, ecografía abdominal y de la vía urinaria, cistoscopia (permite tomar biopsias) y RMN.

¿CUÁLES SON LAS OPCIONES DE TRATAMIENTO?

El tipo de tratamiento recomendado dependerá de la etapa en la que se encuentre el tumor. En los estadios 0 y 1, hay más probabilidades de cura. El tumor puede extirparse por cistoscopía o resección transuretral.

En estadios más avanzados, dependiendo de la extensión que ha tomado el tumor: se realiza cirugía conservadora, donde se extirpa el tumor pero no la vejiga; o en los casos más severos, puede evaluarse realizar una cistectomía radical, extirpando la
vejiga, ganglios linfáticos cercanos y quizás otros órganos afectados. Como tratamiento complementario puede aplicarse también quimioterapia.

El método aplicado dependerá del diagnóstico que haya realizado nuestro especialista, y que resulte más adecuado al caso particular.

NOS ESPECIALIZAMOS EN URO-ONCOLOGÍA.

Desde el Centro Urológico Prof. Bengió, ofrecemos un enfoque multidisciplinario en el diagnóstico y tratamiento para cada etapa de los tumores urológicos.

Convencidos de que un diagnóstico a tiempo es vital para lograr un tratamiento exitoso o cura del cáncer, nos especializamos en la detección precoz del cáncer de próstata, contando con profesionales altamente capacitados y tecnología de vanguardia a este fin.

Este mismo grupo de especialistas son los responsables de definir la intervención más adecuada a cada caso, ya sea mediante cirugía u otro método, e incluso del manejo oncológico posterior.

Por otro lado, nos destacamos también en el tratamiento de otro tipo de tumores  comunes en el campo urológico, ofreciendo innovadores abordajes para obtener mejores resultados en cada caso:

  • Cáncer de testículos: se extirpa el tumor pero se logra en ciertos casos el rescate del testículo, como cuando se realiza una linfadenectomía (procedimiento en el que se extraen sólo los ganglios linfáticos afectados por el cáncer).
  • Cáncer de pene, se realiza también el procedimiento descripto anteriormente.
  • Cáncer de riñon, se trata mediante cirugía abierta o por abordaje laparoscópico.
  • Cáncer de vejiga, se trata mediante cirugía endoscópica en etapas superficiales o en casos de mayor extensión mediante cirugía radical o conservadora.

Cirugía Laparoscópica Urológica

La Cirugía Laparoscópica Urológica, considerada la tercera revolución en cirugía después de la anestesia y de los antibióticos, nos permite realizar con menor morbilidad y mayor precisión casi la totalidad de las intervenciones realizadas a cielo abierto.
Nuestro servicio dispone de especialistas de primer nivel con gran experiencia en esta técnica mínima invasiva.

ESTAMOS PARA AYUDARLO, NO DUDE EN CONTACTARNOS

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