Agrandamiento de próstata: nuevos tratamientos mínimamente invasivos
Por: Dr. Javier Epelde
La hiperplasia benigna de próstata (HBP) es un agrandamiento no canceroso de la glándula prostática cuya prevalencia aumenta progresivamente con la edad. Tal es así, que se estima que el 50 % de los hombres mayores de 50 años padece un agrandamiento de próstata y a los 80, el 80 %.
El crecimiento de la próstata suele venir acompañado de síntomas obstructivos como micción vacilante o intermitente, disminución de la fuerza y adelgazamiento del calibre del chorro urinario. También pueden presentarse síntomas irritativos como urgencia miccional que puede estar asociada a incontinencia, dolor o molestias al orinar, aumento de la frecuencia urinaria y nicturia (aumento de la frecuencia urinaria nocturna).
¿Cómo tratarla?
La primer medida que el profesional médico suele tomar está relacionada con los cambios de hábitos del paciente; esto se realiza en determinados pacientes que presentan mínimos síntomas y se basa principalmente en cambios del estilo de vida, educación y supervisión médica periódica.
Una segunda línea de tratamiento es el farmacológico, cuyo objetivo es reducir los síntomas mejorando la calidad de vida del paciente. En caso de complicaciones o falta de respuesta a las medidas anteriores, se debe pensar en la cirugía.
El tratamiento quirúrgico de la hiperplasia prostática benigna, se practica hace muchos años y en el Centro Bengió desarrollamos varias técnicas. Las primeras cirugías que se llevaron a cabo para ésta patología, fueron las técnicas a cielo abierto cuya indicación en la actualidad permanece en pacientes muy seleccionados.
La técnica más difundida en las últimas décadas del siglo XX es la resección endoscópica transuretral (RTU) del adenoma prostático, que es una intervención quirúrgica urológica que consiste en la extirpación de tejidos enfermos de la próstata accediendo a ellos a través de la luz uretral con un aparato endoscópico llamado resectoscopio.
Sin embargo, los adelantos técnicos y el interés de los pacientes actuales por terapias de mínima invasividad y breves estadías hospitalarias, llevó al surgimiento de tratamientos instrumentales alternativos. Entre ellos se destacan:
RESECCIÓN BIPOLAR TRASNRUTERAL DE LA PRÓSTATA: Es un método mínimamente invasivo que utiliza una tecnología de avanzada llamada TURIS, que hace posible vaporizar de forma selectiva capas superiores de tejido, sin someter el tejido circundante y los nervios a ninguna carga térmica innecesaria. Algunas de sus características y beneficios son:
Buena coagulación: procedimiento más adecuado para el tratamiento en hombres con problemas de hemorragia.
Diseño esférico para un movimiento perfecto dentro de la próstata.
Rápida recuperación del paciente.
No corta el tejido sino que lo vaporiza con un pequeño electrodo.
SISTEMA DE LÁSER GREENLIGHT: Es otro método mínimamente invasivo para el tratamiento de hiperplasia prostática, que dificulta la salida normal de la orina. El sistema de láser GreenLight, vaporiza el tejido prostático y alivia los síntomas. Es una técnica muy segura, que no produce sangrado y es tan eficaz como la cirugía tradicional de la próstata. El paciente está hospitalizado menos de 24 horas y tiene una incorporación rápida a la vida cotidiana.
Lo cierto es que los tratamientos mínimamente invasivos cómo los expuestos, son recursos alternativos al tratamiento quirúrgico de la hiperplasia prostática, sobre los que investigamos desde diferentes ángulos para conocerlos y disponer de una idea sobre sus alcances y limitaciones.
En el Centro Urológico Bengió contamos con estas tecnologías y los profesionales médicos estudiamos constantemente sobre sus beneficios y utilización responsable, ya que justamente no son adecuadas para todos los casos. Es decir, creemos fervientemente en la práctica ética de la medicina la cual implica implementar tecnologías y tratamientos innovadores mínimamente invasivos, dependiendo del grado, estadio y características de la hiperplasia que presente el paciente.