¿Cómo afectan las lesiones de médula espinal a la vejiga?
Cuando la médula espinal está dañada, la capacidad de transmisión de las señales nerviosas se deteriora, dando lugar a problemas de vaciado de la vejiga. Esto se debe a que en la parte inferior de la médula espinal hay una zona llamada “centro sacro de la micción”, de la que salen nervios que van a la vejiga y que recibe nervios procedentes de esta. Estos nervios son los que le indican al cerebro cuándo se debe vaciar la vejiga y controlar también el esfínter.
La médula espinal puede sufrir distintos tipos de daños. En el caso de la paraplejia, el daño en la médula espinal es tan grave que las piernas quedan afectadas. En el caso de la tetraplejia, tanto brazos como piernas quedan afectados. Un daño completo en la médula espinal significa que queda totalmente seccionada. Las señales no se desplazan por ella, con lo que las sensaciones y la capacidad de movimiento desaparecen por debajo del punto donde está situada la lesión.
La ubicación anatómica y la gravedad de la lesión determinarán cuál será la condición de su vejiga. Simplemente, cuanto más arriba esté situada la lesión, más graves serán los problemas que experimente su salud. Esto se debe a la pérdida de control de la micción desde el cerebro y sus centros. Una lesión por encima del nivel de la vértebra Dorsal 12/Lumbar 1 puede producir disinergia detrusor-esfínter. Esto significa que, cuando no existe un control central de los nervios, la médula espinal asume el control, proporcionando un caos de impulsos que se desplazan a la vejiga y al esfínter. El resultado es que la vejiga y el esfínter funcionan enfrentados entre sí. Esto es muy peligroso, ya que se acumula una presión elevada en la vejiga y la orina retrocede a los riñones con la posibilidad de dañarlos. A esto hay que añadir un aumento asociado del riesgo de infección e incontinencia. El tratamiento de primera línea consiste en reducir la presión de la vejiga con fármacos y vaciar la vejiga mediante sondaje intermitente.
Si la lesión está situada en un punto de la médula espinal en el nivel anatómico de la vértebra Dorsal 12/Lumbar 1 o por debajo de él, se perderá tono muscular en la vejiga y el esfínter, ya que esta es el área responsable del vaciado reflejo de la vejiga. Una lesión total da lugar a la arreflexia del detrusor (pérdida de contracción del músculo vesical).
Los daños producidos por debajo de este centro reflejo afectan a una parte o la totalidad de los nervios de esta área, dependiendo del tipo de lesión. Si todas las raíces nerviosas se ven afectadas, se presenta la condición de detrusor y esfínter acontráctiles. No obstante, son más comunes las lesiones incompletas. En ese caso, solo se ven afectadas algunas fibras nerviosas, por lo que puede haber un funcionamiento parcial. Por ejemplo, puede tener la sensación de llenado de la vejiga, pero que no sea posible vaciarla.
Una lesión leve de la médula espinal da lugar a retención o vaciado incompleto, infecciones del tracto urinario e incontinencia (por rebosamiento). Si el paciente tiene suficiente control motor para manejar una sonda, el tratamiento de primera línea es el autosondaje intermitente limpio. Es una forma segura y cómoda de vaciar su vejiga con independencia de su patología. El objetivo del sondaje es mejorar su calidad de vida proporcionándole un mejor control de su vejiga. Además, al mismo tiempo se podrán prevenir daños y complicaciones renales, así como las infecciones del tracto urinario (ITU).
En los casos en que es necesaria la protección constante contra la retención o la incontinencia urinarias, se opta por la sonda permanente. Es decir, la sonda permanece puesta todo el tiempo y está conectada a una bolsa colectora de orina. La sonda tiene un globo en el extremo que permanece en la vejiga. Cuando la sonda llega a la vejiga, el globo se infla para que la sonda no se salga; el globo se desinfla cuando es hora de cambiar la sonda.
Si bien el paciente no tiene que preocuparse de introducir la sonda en la vejiga ni retirarla varias veces al día, tiene la desventaja de tener que trasladar la bolsa colectora de orina.
Es fundamental que el paciente hable con el médico urólogo para determinar cuál método de control vesical le conviene más. Y en caso de continuar presentando problemas importantes que afecten los riñones, la vejiga o su estilo de vida, el médico podría recomendar una opción quirúrgica, por ejemplo, una derivación urinaria.
En todos los casos es el urólogo quien puede ayudarle a hallar la opción más adecuada según las necesidades y estilo de vida de vida del paciente, y también puede ayudarle a determinar si la opción que escogió está dando resultados o si tiene que pensar en otra distinta.
mylan tadalafil
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